El País en jaque

El ELN, anunció para el 10 de febrero, y hasta nueva orden, una modalidad de terrorismo programado, llamado “paro armado” y al parecer se cumplió con todo éxito para el grupo terrorista, a juzgar por los resultados.

Yo, a pesar del anuncio, yo viajé el viernes por tierra de Medellín a Manizales, con un amigo que se aventuró, con el objetivo de visitar a las familias, nos regresamos el domingo 11 de febrero pues teníamos seguridad de que las carreteras estarían vigiladas por el Ejército y la Policía, pero no.

No vimos ni un soldado en la vía, tanto de ida como de regreso. En el pasado el Ejército y la Policía estaban cuidando las carreteras, los puentes y dándoles seguridad a los viajeros. A esto nos tenían acostumbrados desde el gobierno Uribe y parte del gobierno Santos. Ya no más, ya estamos en paz y no pasa nada...

No entiendo como la vigilancia no se retomó ante el anuncio del "paro armado". Un dicho popular dice que "guerra aviada no mata soldado", pues bien, el abandono de las carreteras, de las estructuras, la poca importancia que el gobierno le da al viajero, al transportador y al campesino, dio como resultado varios puentes caídos por acción de los explosivos y personas con sus vehículos atrapadas en las vías entre los puentes. Todas las pérdidas ocasionadas por estos actos son culpa del gobierno. Recordemos que el gobierno lo conforman el presidente y sus ministros ¿alguien entiende?

Parece que este gobierno se ha creído las mentiras que le dicen a los colombianos, está convencido de que, de verdad, en Colombia, estamos en paz. Pues no, el ELN al final del gobierno Uribe y del primer gobierno de Santos, prácticamente había desaparecido, delinquía en sectores muy específicos pero muy limitados. Al parece se multiplicaron como por generación espontánea a partir de la firma de los acuerdos de paz que los colombianos rechazamos el 2 de octubre de 2016.

Mucho se ha dicho de que guerrilleros de las Farc (aparte de las también llamadas disidencias) se incorporaron a las filas del ELN, pero no solo con un uniforme, una mochila y un fusil. Muchas de las caletas que se anunciaron serían entregadas al gobierno no lo fueron y se fueron a financiar a este grupo moribundo y adicionalmente parecen haber heredado parte del negocio del narcotráfico. Para no hablar de los demás grupos delincuenciales que al principio se llamaron Bacrim, que crecen de manera exponencial financiados también por el narcotráfico.

Pues bien, puentes volados, estaciones de Ecopetrol atacadas, vehículos de carga quemados y otra buena cantidad de actos terroristas fueron ejecutados a partir del 10 de febrero, para obligar al gobierno a sentarse nuevamente en una mesa que había suspendido. Saben que el gobierno de Santos es excesivamente vulnerable a las presiones de este tipo y las mediáticas. A la hora de escribir estas letras no se sabe si la tal mesa se ha reactivado, pero si sabemos que corrieron mensajeros del gobierno al Ecuador, dotados con rodilleras.

Casi a diario escucho a los amigos de las Farc y de su proceso de paz ilegítimo, a algunos apaciguadores mentirosos como De La Calle y al mismo gobierno, decir que ha sido tan efectiva la paz que basta con observar que se desocupo el Hospital Militar en Bogotá. Pues claro, si el gobierno tiene acuarteladas a sus Fuerzas Militares y de Policía, permitiendo que sigan cultivando coca, produciendo y traficando cocaína, permitiendo la libre movilidad de los guerrilleros bajo la disculpa de acuerdos de cese al fuego. ¿Como habrá confrontaciones? ¿pero es lógico dejar al país en manos de los terroristas? ¿esta es la paz que nos anunciaron? Colombia ha sido tomada por los bandidos y hoy nos tienen en jaque.

Lo único cómico del asunto, es que la gente repite el argumento del Hospital Militar vacío como loras mojadas, parecen idiotas que no piensan o analizan lo que escuchan, otros quizás si lo piensan y lo entienden, pero les parece un buen argumento para callar a quienes consideran "enemigos de la paz".

A nosotros, los amigos de la democracia y la libertad, a quienes no queremos aventuras populistas como las de Petro, Fajardo o De La Calle, nos toca aprender a identificar estas señales. Mensajes que parecen lógicos pero que son completamente engañosos y que nos pueden hacer votar por gente que representa un peligro y que nos puede llevar por el camino de Venezuela. Enterémonos de como Petro y Fajardo dejaron quebradas a Bogotá y a Antioquia, respectivamente, no seamos tan inocentes.

Twitter: @jebotero