Los frutos del odio

Es por lo menos increíble que todos los promotores de esos acuerdos de paz, suscritos entre Santos y las FARC, hoy se hayan convertido en los más violentos protagonistas de una guerra terrorista, en contra de un gobierno democráticamente elegido, guerra que realmente afecta directamente a los más pobres, que dicen querer proteger.

No olvidemos que Petro prometió esto, el día que perdió las elecciones con Iván Duque, dijo que sacaría al pueblo a la calle para derribar las instituciones, tal y como lo manda el marxismo, agitar una lucha de clases y así lograr ganar las elecciones en 2022 subido en una ola de odio. Estamos viendo el cumplimiento de estas amenazas y claro, debemos hacerlo responsable de todos los crímenes que se han cometido en las semanas del paro.

El bloqueo de vías, por si solo, es un delito. Pero el bloqueo de vías sitiando ciudades por semanas, dejándolas sin abastecimiento de víveres, medicinas, oxígeno, combustible, es un delito de lesa humanidad. El bloqueo de vías internas, la destrucción de propiedad pública y privada, el cobro de “peajes” por parte de delincuentes en los bloqueos, es otro delito que deslegitima las protestas, que podrian parecer justas, si no se fuera porque es claro que los organizadodres del paro también han planeado toda esta escalada de violencia, lo que debería tener repercusiones penales.

En mi articulo anterior, dije muy al final, que estaba seguro de que si el gobierno retiraba la reforma tributaria, el paro seguiría y que para mantener enardecidas a las turbas buscarían un discurso alterno y así sucedió. Acto seguido “formularon” una cantidad de peticiones absurdas. Sus consignas son una colcha de retazos que no la entienden ni ellos mismos.

Posteriormente el Presidente anunció que desbloqueará las vías con la fuerza pública, creo que se había demorado en esta decisión. Sin embargo, parece difícil de cumplir dicha promesa, pues nuestro país es muy extenso

En una entrevista radial, el presidente de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores) ante esa noticia de despejar de bloqueos con la Policía y el Ejército, declaró que con esta decisión el Presidente le había declarado la guerra al paro. En esa frase queda implícito que efectivamente ellos sí controlan la protesta, a los vándalos y a los terroristas, porque es claro que la actuación de las Fuerzas del Estado es contra vándalos y terroristas que bloquean vías y producen destrozos en diferentes ciudades. Este debería ser suficiente argumento para que la fiscalía los impute (al Comité del Paro) penalmente por terrorismo y por los delitos que se deriven de la destrucción del aparato productivo de nuestro país.

Desmontada la reforma tributaria, que a mi me pareció un gran error, porque la mitad de esos recursos iban para los programas sociales que necesita el país más aún en pandemia, que dejó muy maltrechas las finanzas de país (públicas y privadas), los desordenes continúan lo que deja claro que la bandera inicial del paro, era falsa. La últimas noticias que se tienen es que las calificadoras de riesgo están quitándole a Colombia el grado de inversión. Gravísimo.

Yo me atrevería a decir que el daño que esta dejando el paro, al aparato productivo del país, es mas grave que el que dejó la pandemia.

Retirada la reforma tributaria, el Comité del Paro hizo pública su petición de retirar la reforma al sistema de salud, un proyecto de reforma que pretendía hacer ajustes para mejorarla. Ya fue archivada por el Congreso, y los desordenes continúan.

Recuerdo que al inicio de la pandemia aparecieron algunos médicos sindicalistas proponiendo paros hasta que el gobierno les corrigiera algunos problemas en su forma de contratación y otras situaciones, con las cuales vienen tenido inconformidades, que parecían lógicas y legítimas. Quizás aquel no era el momento, los médicos entendieron y dejaron el reclamo para después.

Pues bien, la reforma corregía varias de aquellas solicitudes, entre otras, reglamentaba la contratación del personal de salud, que según recuerdo era parte de sus demandas al inicio de pandemia. Pues no, no se pudo, porque no hubo quien defendiera un proyecto que quizás pudo ser bueno para ellos y para los colombianos.

Es claro que los señores del “Comité del Paro” no luchan por el bienestar de todos los trabajadores, ellos tienen objetivos políticos claramente definidos. Una comparación odiosa pero cierta: así funcionan las guerrillas, ellos dicen luchar por los más necesitados pero en realidad es a los más pobres a quienes atacan con mayor ferocidad.

Es claro que todo en la vida es susceptible de ser mejorado y que siempre hay argumentos a favor y en contra de cada uno de los proyectos, pero para eso es el Congreso, para dar la discusión, debatir posiciones y finalmente conciliar. Asi funciona la democracia, pero no destruyendo al país, asesinando policías y generando violencia que generalmente se vuelve en contra de los más necesitados.

Esta vez fue el Congreso quien decidió archivar el proyecto de reforma a la salud, supongo que creyendo que con ello apaciguan la furia de unos pocos ciudadanos “inconformes” (yo diría terroristas con objetivos políticos) y hundieron el proyecto. Que vergüenza de Congreso, parece que tambien están en paro pero eso si, cobrando su salario y sin comprometer su imagen. Esto solo incrementa su mala imagen.

Quiero comentar rapidamente mi experiencia con el Sistema de Salud en Colombia, lo hago como un usuario:

Hasta hace poco más de 3 años, a pesar de haber estado aportando toda mi vida a la salud mensualmente, como la ley lo prevé, nunca había acudido a una EPS para consultar por problemas de salud, siempre acudí a médicos particulares.

Quizás estuve influenciado por estos discursos destructivos que advierten que la salud en Colombia es un fracaso, que en vez de sanar a la gente la matan en clínicas y hospitales, y que es un negocio de empresarios corruptos que se lucran de la salud. Nunca me tome el trabajo de averiguar si eran ciertas las miles de historia de terror que se contaban del sistema. Los más apasionados odiadores de Alvaro Uribe, lo hacían responsable de todos aquellos horrores que supuestamente viven los colombianos en las EPS, por haber sido ponente de “la Ley 100” como la llaman.

Un buen día decidí utilizar la EPS y ¡que sorpresa me llevé!:

Las citas al médico general o especialista, son más que puntuales siempre, no me ha tocado un solo inucumplimiento. Y advierto que tengo que ir con cierta frecuencia por mi ya menguada salud.

En la cita médica te entregan la formula para las medicinas que necesitas, sales de allí, vas a la farmacia especificada y te las entregan sin cobro adicional. Antes de ello, a mi, me costaban mis medicinas valores realmente agobiantes cada mes, ya no me cuestan porque están incluidas en el plan de salud. Algunas veces, rara vez, debes pagar un valor simbólico llamado copago, dependiendo de cual medicina te están recetando, si esta incluida en el POS (Plan obligatorio de salud) o si deben tramitarla por algo llamado MIPRES.

Cuando necesitas consulta con el especialista, el médico general te entrega una orden, uno programa la cita y debe acudir cumplidamente, sin costo adicional.

Si se necesitan, te ordenan exámenes especializados, exámenes que particularmente seguramente cuestan mucho dinero: Ecocardiogramas, electrocardiogramas, ecografías varias, resonancias magnéticas, tomografías del cerebro, holters, etc., y no se cuantos más nos han practicado a mi esposa y a mi, sin ningún costo o a lo sumo con un copago simbólico.

Las instalaciones de las EPS son elegantes, edificaciones y mobiliarios bonitos, plataformas tecnológicas avanzadas, etc., esto hace que uno se siente confortable y bien atendido.

En la sala de espera para cualquier cita, igual estás tú (yo soy ingeniero) y al lado puede estar la esposa de un obrero o alguien del régimen subsidiado (por el Estado). Lo importante de resaltar es que, a los tres, nos atienden con la misma amabilidad, puntualidad y respeto.

Lo único que podría parecer difícil es que sugieran todos los tramites por la plataforma en la web, y me parece que algunas veces es difícil comunicarse con ellos personalmente, a no ser que uno acudapersonalmente a las oficinas de atención al publico o a las IPS. Yo por mi formación me he adaptado fácilmente a la tecnología, pero creo que a mucha gente se le dificulta el acceso por internet, por lo cual debe comunicarse por ColCenter o acudir a puntos de atención.

Pero es fácil, sea presencial, por teléfono o vía los canales informáticos, siempre responden, te autorizan los medicamentos o las citas con algún especialista y he notado que siempre están implementando nuevas herramientas en las plataformas y nuevos canales personalizados que facilitan la atención directa.

Te atienden urgencias, hospitalización y cirugías en buenas clínicas sino en las mejores: hace días tuve a mi esposa hospitalizada, muy grave, en la clínica Los Rosales de Pereira, durante casi 15 días, y allí, cómo comenté anteriormente, vi gente de todos los estratos sociales perfectamente antendia, quizás había días de mucha congestión pero uno advierte que a todos atienden.

Algo interesante que tiene el sistema es que te atienden en cualquier lugar del país, si es que necesitas una consulta o una urgencia, estando de viaje.

Para mí, según mi experiencia y de algunos amigos con quienes he conversado este tema, la salud en Colombia es muy buena. Seguro necesita ajustes, pero si el Congreso no trabaja, serán ellos los responsables de no atender las reformas que requiere el sistema.

Se cayo la reforma a la salud, otro de los frutos del odio que avanza en Colombia como un tsunami que amenaza nuestra imperfecta democracia.

NOTA AL MARGEN:

Presidente Duque, recuerde qué hay una herramienta a su alcance, quizás no muy popular, pero muy útil: la Conmoción Interior. Debe usted parar esta asonada que no es solamente un problema de orden público sino económico y social, porque están destruyendo a Colombia.

Twitter: @jebotero


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