Los héroes si existen y los bárbaros también

En los primero días de mayo de este año (2019), se estrenó en todo el país la película “Alma de Héroe”, una producción cinematográfica colombiana, de tal calidad, que no tiene nada que envidiarle a las películas de Hollywood. La fotografÍa, el sonido y los efectos especiales, son simplemente espectaculares.

La trama de esta gran película, que incluye una historia de amor accidentada por la guerra, es aterradora y sobrecogedora, como es la historia de Colombia en los últimos cien años, propiciada por una aberrante ideología comunista que ha querido imponerse en nuestro país y que no le ha dejado sino miseria en campos y ciudades.

Nos cuenta, en este caso, la muy dolorosa historia de la lucha del pueblo colombiano, representado o defendido por nuestras Fuerzas Militares y de Policía, para combatir, suprimir y controlar a los grupos guerrilleros de extrema izquierda que han recurrido al narcotráfico para financiarse y al terrorismo para atemorizar a las poblaciones más vulnerables.

Quizás para el espectador del común pase desapercibido, pero se aprecia la gran diferencia entre el trato que las guerrillas infringen a los caídos y a los prisioneros, en contraste con el trato dado a los guerrilleros heridos o prisioneros. Las guerrillas rematan con tiro de gracia a los heridos, mientras que a los prisioneros los encadenas y los mantienen en jaulas, como animales, como en los peores campos de concentración implementados por los nazis en la Segunda Guerra Mundial. La barbarie y la servicia de las guerrillas es legendaria, inclusive con sus mismos compañeros, los cuales son torturados o fusilados por cualquier falta a discreción del comandante directo.

Las Fuerzas Militares, por su parte, respetan la vida de sus prisioneros y cuando están heridos reciben atención médica oportuna, con la misma diligencia que si se auxiliara a un soldado herido. Los prisioneros son tratados con respeto. Las historias de falsos positivos, son cosa del pasado y no son todos los casos que han magnificado las ONG y que los activistas de izquierda nos quieren hacer creer.

La película nos hace sentir, casi vivir el drama y las angustias que viven los oficiales, suboficiales y soldados, la zozobra de sus familias y el dolorosos trance que viven de las familias al perder un hijo asesinado por algún enemigo desconocido. Nos muestra como esta es una confrontación muy dolorosa, vivida en primera línea por quienes han decidido defender la democracia y la libertad contra un enemigo que no conoce el respeto por los Derechos Humanos (DDHH) ni por el Derecho Internacional Humanitario (DIH).

El valor, el sacrificio, la lealtad, el compañerismo, el respeto, la hidalguía y el honor, son, entre otros, los valores que se exaltan en esta película y que dan fe de la forma como son entrenados y preparados todos nuestros soldados, que sumados al suspenso y a escenas desgarradoras, en nuestro caso, nos arrancaron lagrimas de principio a fin de esta dolorosa historia cuyo realismo arruga el alma.

Desde hace años, las Fuerzas Militares de Colombia, vienen siendo instruidas con intensidad en el respeto a los DDHH y al DIH, pero esa no es la imagen que se nos muestra a los colombianos por parte de sus enemigos y de publicaciones tendenciosas, llenas de malas intenciones y sin pruebas. Ya lo hemos comentado en otros artículos, a estas instituciones tan admiradas por todos los colombianos, pretenden hacerlas aparecer como asesinos despiadados, y hoy, para mayor vergüenza, han sido traicionados por los dirigentes de este país que injustamente, generalizando y lanzando falsedades, los tienen sentados en un banquillo de los acusados a la al mismo nivel de los terroristas “desmovilizados”. Esto no es ni más ni menos una canallada que parece no importarle a nadie o lo que es lo mismo, una infame traición.

Recientemente Gallup publicó una encuesta en la cual muestra que la aceptación de las FFMM, entre los colombianos es del 75%,, por encima, inclusive, de la Iglesia Católica, encabezando dicha encuesta como la institución mas querida por los colombianos, a pesar de los esfuerzos de la izquierda en mancillar su imagen.

Entre tanto, son muchos los que están dedicados a lavarles la cara a los barbaros que saldrán impunes de todas sus atrocidades con un discurso de una supuesta paz que han vendido a la comunidad internacional y a muchos ingenuos en Colombia.

Con un cinismo pasmoso, cuando recibía el premio Nobel de la Paz, que lo alentó en su desvergüenza a fallarle al pueblo colombiano que decidió NO a esos acuerdos, se atrevió a pronunciar un discurso en el cual dijo que, “por fin, en Colombia brilla el sol de la paz”. Pero mintió descaradamente porque no hemos podido ver ese sol.

Hagamos una cuenta: las mal llamadas “disidencias de las Farc” son mas de 3.500 y el ELN pasó de escasos 1.000 hombres a más de 6.000 ¿de donde salieron?¿Generación espontánea? Los expertos lo explican, basados en fuentes de inteligencia y en otras investigaciones, que hubo un simple cambio de brazaletes, como si hubieran vendido una franquicia y que los tan famosos “disidentes”, no lo son tal, sino una retaguardia estratégica dejada por los cabecillas de las Farc, como un plan B por si tenían que regresar al monte.

Las Farc no entregaron todas las caletas con armas y con dinero, solo unas pocas, tampoco han entregado los dineros que reportaron (unos 900 mil millones) y dejaron de reportar lo que hoy ha descubierto la fiscalía: 2.5 billones de pesos en propiedades mal habidas y robadas a sus víctimas lo que significa otro incumplimiento flagrante de estos señores que posan de apóstoles de la paz.

Las víctimas, dijeron Santos y de la Calle, como lacayos de Marquez y Timochenko, “están en el centro de los acuerdos”, otra gran mentira, no es cierto que a las víctimas las vayan a reparar y muy por el contrario, se han burlado de ellas. Es cierto que unas pocas víctimas han salido, libreto en mano, a hablar de perdón y reconciliación, pero a las organizaciones de víctimas no las escuchan y las invisibilizan, no solo por parte del congreso sino por parte de la JEP, que ha definido que las audiencias con los jefes de las FARC son a puerta cerrada.

En resumen, las Farc gozarán de impunidad, no entregarán sus miles de millones de dólares para reparar a las víctimas y no dirán la verdad. Recordemos: “Verdad, Justicia y Reparación.” ¡Que burla!

Pero… ¿Como es eso de la verdad? Se ha dicho que solo serán investigados y escuchados por la JEP los máximos responsables. Según ha dicho la JEP, ellos ya están compareciendo ante sus “jueces naturales”, llamados así porque fueron diseñados y nombrados por ellos mismos y sus amigos. Es decir, los 10 o 20 jefes declararán en audiencias privadas y “confesarán” sus delitos, parece que por economía procesal. Es decir, no se pueden escuchar a todos, porque la JEP no tiene sino 10 años prorrogables a 20 para trabajar.

Recordemos que, en los casos de violaciones denunciadas por la Corporación Rosa Blanca, totalmente probados por cientos de testimonios debidamente documentados, los jefes de las FARC han dicho que son falsas esas acusaciones. Así las cosas, habiendo tanto testigo si lo niegan ¿Que harán con el resto de los delitos máxime cuando sus declaraciones serán en privado? ¿Reconocerán algunas cosillas pero nadie se enterará de que dijeron, y los mandos medios no dirán nada porque ya declararon en privado sus jefes? ¿Buena estrategia cierto? Así no habrá contradicciones entre unos y otros, y la verdad florecerá.

Entre tanto, militares al banquillo y quien confiese si pagará cárcel intramural y quien insista en su inocencia, ya habrá testigos “formados” por ciertas ONG expertas en el tema y así la condena será de 20 años.

Twitter: @jebotero


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